El enclave ourensano de O Couto Mixto, situado al sur de la provincia y perteneciente al Ayuntamiento de Calvos de Randín, recuerda su particular historia todos los veranos en un acto en el que se nombra a los nuevos jueces honoríficos y “vigairos del año”. Los afortunados recogieron la distinción en una ceremonia a la que acudieron autoridades y vecinos, que llenaron la iglesia, y fueron obsequiados con un diploma, una vara de mando simbólica y una copia de la llave del arcón del siglo XV en el que se guardan todos los documentos que se realizan en el pueblo durante el año.
La Asociación de Amigos do Couto Mixto abrió un año más el arcón de tres llaves en un acto que se celebró ayer en la iglesia de Santiago de Rubiás. Esta ceremonia, que se celebra desde hace quince años, sirve para recordar la historia de este singular territorio del sur de la provincia y nombrar a sus nuevos jueces honorarios. José Lamela, exalcalde de Lobios; Concepción Sanz, antigua profesora de Santiago de Rubiás; el Concello de Tomiño; y la Cámara Municipal de Vilanova de Cerveira fueron los galardonados de esta edición.
Desde el siglo XII y hasta el Covenio de Lisboa de 1864, O Couto Mixto, formado por los municipios de Meaus, Rubiás dos Mixtos y Santiago de Rubiás, funcionó como república democrática independiente de las coronas de Castilla y Portugal.
Durante los siete siglos que duró la autonomía de este territorio de la “raia seca”, sus habitantes contaron con una serie de privilegios especiales como la elección de nacionalidad (portuguesa, española o ninguna), la exención de impuestos, la tenencia de armas sin necesidad de permiso o la libertad comercial y de cultivo.
Recuperar la memoria
Hoy, el arcón de tres cerrojos es el principal recuerdo de esta época y “simboliza la memoria de O Couto Mixto”, como señaló una de las organizadoras de este acto. En él se guardan bajo tres llaves los documentos generados el último año. Antiguamente, para su apertura debían estar presentes los tres representantes de la región.
Ataviados con las capas propias de los jueces honorarios, los miembros de la Asociación de Amigos de O Couto Mixto hicieron su entrada en la parroquia después de la ofrenda floral que una vecina y una niña hicieron a la estatua que conmemora al último juez que tuvo la zona en sus tiempos de autogobierno. La tarea del “Juez” era presidir las asambleas que celebraban las autoridades de las tres parroquias, los “Homes de acordo”.
Luís García Mañá, presidente de la Asociación de Amigos do Couto Mixto, señaló en su intervención “la cruel verdad de un territorio que desfallece como muchas otras aldeas camino del desconocimiento” . Y es que más de 150 años después de la pérdida de sus derechos y privilegios, “la república de los sueños”, así se refirió Mañá a esta zona, está deprimida; la población no llega a los 300 habitantes, sus tierras no son fértiles, el clima no es propicio para la producción agrícola y la calidad de las comunicaciones es deficiente (se trata de uno de los puntos de Galicia más alejados de la autopista y las conexiones con Portugal tampoco son buenas).
Pese a todo, la iglesia estaba repleta de vecinos y autoridades, entre las que se encontraban Laura Seara, diputada y la primera mujer nombrada jueza honorífica de O Couto Mixto; Aquilino Valencia, alcalde de Calvos de Randín y Valentín García, Secretario Xeral de Política Lingüística.
Todos los premiados recibieron una copia de las llaves del arcón que data del siglo XV, un diploma y un bastón que representa la vara de mando.
Concepción Sanz, recordó, a través del parroco de Calvos de Randín, “el constante ir y venir entre España y Portugal” y que “no debemos dejar caer en el olvido O Couto Mixto”. Por su parte, José Lamela dijo que se trataba de un “premio al sentimiento y a todo lo que me une a esta zona”.
En la ceremonia, que fue amenizada por la cantante Lis Teuntor, se otorgó la distinción de “vigairos” a los integrantes de los “Gaiteiros da Raia”. Los “vigairos”eran jueces eclesiásticos; Gemma Rodríguez recogió el título en representación y recordó la función de “conocedores de la realidad y contacto con los vecinos” de gaiteros y “vigairos”.
Al final del acto se procedió al cierre del arcón, donde los jueces honorarios dejaron todos los documentos producidos en las aldeas de Meaus, Rubiás dos Mixtos y Santiago de Rubiás durante el año. Será en la sacristía de este último pueblo donde se guardará el cofre hasta el próximo año.