La docente ourensana será reconocida hoy como uno de los nuevos jueces honorarios de la antigua Andorra gallega
Concepción Sanz Ferreiro será una de las cuatro personas que serán nombradas hoy nuevos jueces honorarios de O Couto Mixto. Esta docente y psicóloga, de 83 años, editó el pasado año un interesante libro sobre el pueblo donde pasó su infancia, Meaus (Baltar), junto con Santiago y Rubiás (Calvos de Randín), uno de los enclaves del territorio exento de tributos y con leyes propias, diferentes a las de España y Portugal hasta el siglo XIX.
-¿Cómo ha recibido este reconocimiento de los Amigos do Couto Mixto?
-Con sorpresa y una enorme alegría y mucha ilusión, aunque no podré ir a recogerlo.
-Pasó parte de su infancia en Meaus, ¿cómo era entonces el pueblo?
-Muy diferente a como es ahora, una aldea casi abandonada. Era una villa muy poblada y próspera, con muchas tierras de labranza.
-¿Qué recuerdos tiene de esa época de la niñez y adolescencia en Baltar?
-Me acuerdo mucho de los relatos de mi abuela, que vivió de pequeña cuando O Couto Mixto todavía mantenía leyes propias. La actividad comercial era entonces enorme en la zona. Había tiendas, boticas, ferreterías… Iban muchísimas personas a comprar y comerciar allí por la exención de tributos.
-¿Por qué cree que O Couto se extinguió como zona independiente?
-Por las envidias, que tumbaron el enclave singular de O Couto Mixto. Mi abuela me lo dijo muchas veces. Las críticas de los empresarios textiles catalanes y de otras zonas de España eran constantes y muy difundidas en los medios. No paraban de hablar de O Couto como una zona indecente, donde vivían ladrones, pero esa sólo un enclave que generaba riqueza y prosperidad.
-Pero O Couto siguió siendo un territorio peculiar incluso en el siglo XX, ya retirado su estatus específico…
-Sí, lo siguió siendo. El intercambio comercial seguía siendo fuerte y las costumbres y dinámicas se mantuvieron muchas décadas.
-¿Cree que la significación de O Couto es reconocida en España e incluso en Galicia?
-No lo suficiente. Muchas personas en la propia provincia de Ourense desconocen la historia de esa zona y eso es algo lamentable.
-¿Cómo se podría revitalizar a día de hoy las tres aldeas de O Couto?
-Es difícil, hay algunas personas que lo están intentando, pero lo cierto es que hay muy poca gente allí ahora y es difícil.