Lalín activó este fin de semana su tradicional Mercado de Nadal donde más de veinte artesanos gallegos compartieron espacio en una carpa en la Praza da Igrexa mostrando desde joyas y ropa de diseño y todo tipo de artesanía ligada a la piel, el cuero, la repostería, a la cosmética natural y todo tipo de creaciones.
Pero en la jornada de ayer, la carpa municipal se complementaba con la presencia de ocho firmas que más que presentar sus productos, que también, mostraban su filosofía comercial asentada en el uso del gallego en sus etiquetados. Embutidos, quesos, yogures, vinos, vermú, harina y galletas son el soporte de los empresarios que argumentaron ayer en la carpa lalinense su apuesta por comercializar en gallego.
La iniciativa llega a Lalín de la mano de la Irmandade Galega de Agropecuarios e Adegueiros Foro E. Peinador que lo presenta bajo el lema de A Lingua do padal.
Desde la Cooperativa Condado Paradanta, Alejando Martínez aseguró que etiquetan Requeixo e Mel das Neves en gallego de «maneira natural, todo o que facemos de sempre é galego».
Estrategia comercial
Xosé Lois Lamazares de la firma Daveiga, muy conocida por sus galletas mariñeiras, situó como clave comercial vincular el producto al territorio e incluso cree que en ese aspecto hay un nicho de mercado importante y valora que es un «márketing sen custe» y ese etiquetado debería ser ya estrategia comercial.
El vermú de albariño, Petroni, también se etiqueta en gallego y Cristina Codesido, empresaria de la firma que acudió a Lalín, aseguró que su etiquetado llegó «por sentimento pola terra e pola cultura e é un privilexio poder trasladar a doce países o noso produto etiquetado en galego».
Cruz López explicó que Embutidos Lalinense repensó la contradicción de trabajar, relacionarse y hacer todo al cien por cien en gallego, mientras se comercializaba en castellano. En el cambio, su Kit antimorriña llega a todo el mundo circulando en embalaje en gallego «é eso e un orgullo para nos», aseguró.
El grupo de familias de Adega Terra de Asorei mueve con etiqueta en gallego 400.000 botellas por 14 países del mundo incluidas Rusia y EE.UU. «Hai máis de 30 anos que etiquetamos en galego, facémolo con normalidade, vendemos albariño pero tamén Galicia, os seus valores e que bebelo sexa una forma de pasaporte, de entendernos», dijo Roque Duran, su director. Dejó el reto de juntarse e intercambiar experiencias a los de las firmas con etiqueta en gallego.
Alex Moure situó a Kalekoi en el nombre vikingo para denominar Galicia. Empezaron con etiqueta en castellano y ya todo el producto nuevo lo sacan en gallego, aumentando el valor de la marca, incluidos los recientes agasallos creados, de yogur con mermelada de sabugueiro o con uvas y virutas de oro.
Lito Andión, de Cooperativa Hoxe, recordó que cadenas alimentarias catalanas y vascas a las que vendía queso hace muchos años le sugirieron usar el gallego. «Etiquetamos en galego porque non podía ser doutra maneira cando hasta as vaca deben pensar en galego. Pensamos no idioma, na terra. Frean máis as empresas de márketing que os consumidores pero o galego vende, dalle os nosos produtos autenticidade e orixe e xera riqueza na terra».
Desde O Muíño de Cuíña, Daniel Pampín asegura que etiquetan en gallego pero inducidos por empresa de márketing El Molino del Abuelo salió en castellano. Anunció que para el año todos será ya en galleg y para los sacos de harina para fuera de Galicia y de España además llevarán sello dorado de Feito en Lalín.
Creen que la lengua asocia el producto al territorio, le da valor añadido y, además, «o galego vende»